Un paso atrás para coger impulso

Un paso atrás para coger impulso

El aumento en los casos de Covid-19 y la congestión de los servicios de urgencia de los centros hospitalarios en varias de las principales ciudades del país desde finales de diciembre, han llevado a un recrudecimiento de las medidas de restricción a la movilidad ciudadana en muchas localidades. Es así como la administración Duque ha optado por extender el periodo de aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable que terminaba el 16 de enero hasta el 28 de febrero, y da vía libre para que gobernadores y alcaldes tomen las medidas que consideren pertinentes para evitar situaciones inhumanas en función de la capacidad de la atención hospitalaria[1].

En Cali, se van encadenando toques de queda durante los últimos fines de semana, incluido el que inicia el viernes 15 de enero y que termina el lunes 18. Lamentablemente muchas cosas han salido mal en la batalla contra Covid-19 en la ciudad y en el país, de tal manera que, incluso las personas que más valoran el derecho a desplazarse libremente, ya fatigadas con medidas como el pico y cédula, pueden entender la necesidad de la aplicación del toque de queda. En Cali, el miércoles 13 de enero las UCI presentaron un nivel de ocupación del 97.3%[2]. Por consiguiente, no hay remedio. Lo más efectivo para desactivar esta situación explosiva es reducir al mínimo los contactos entre personas. Los toques de queda reforzados con la ley seca facilitan el trabajo de las autoridades de seguridad ante la rebeldía de algunos que por falta de conciencia ciudadana desafían el imperio de la ley realizando fiestas y promoviendo aglomeraciones.

¿Qué salió mal?

 Podríamos decir que ha fracasado la política de aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable. Sí, hasta cierto punto. De no haberse implementado el relajamiento de las normas de movilidad, el colapso económico durante el segundo semestre de 2020 hubiera sobrepasado los costos del colapso actual. Veamos con más detalle lo que ha salido mal:

Los distintos llamados a la comunidad para que evitara aglomeraciones no dieron resultados. La “necesidad” de ir a adquirir un regalo o de reencontrarse con familiares y amigos en una época como la navideña estaban mucho más arraigadas que la capacidad de los ciudadanos de abstenerse de hacerlo tras largos meses con fuertes restricciones a la movilidad. Aquí estoy hablando de todos los encuentros que ocurrieron en plena legalidad, donde las posibles violaciones a los protocolos de bioseguridad fueron muy probablemente involuntarias o inesperadas.

Final de fútbol. Cada vez resulta más claro que la final de fútbol debió aplazarse, Cali y Bogotá pagan hoy las consecuencias. De no aplazarse, los partidos debieron transmitirse por los canales de libre acceso evitando el desplazamiento a bares, y realizarse en horarios de la mañana o inicio de la tarde. La compensación económica a Win hubiera sido un mal menor.

Irrespeto de la ley. Lamentablemente muchos colombianos simplemente no cumplen las leyes. Las fiestas clandestinas y la informalidad económica han escapado a la capacidad de control por parte de los gobiernos locales. El cumplimiento de la ley es esencial para que una sociedad pueda vivir en armonía. Las sociedades que fomentan la educación y la conciencia ciudadana pueden lograrlo, no sin dificultades. Otras sociedades logran el respeto de la ley por la vía terror y la represión, pero esto no es deseable, ni es el camino que Colombia debe seguir. En un artículo reciente en Consorcio Ciudadano, Antonio de Roux describe las dificultades que Colombia presenta para hacer valer sus leyes.[3] Es importante que nuestro país refuerce sus estrategias de fomento de la cultura ciudadana, de supervisión (cámaras, radares, auditorías, etc.) y de sanción efectiva.

La población de susceptibles era todavía muy alta en Bogotá y Cundinamarca, Antioquia y el Valle del Cauca por lo que en el mes de diciembre las medidas de distanciamiento debieron ser mucho más severas.

Cansancio. Sí, es cierto que el tiempo ha ido jugando a nuestro favor a la hora de integrar ciertas disciplinas como el lavado de manos o el uso del tapabocas, que muchas veces hacemos de forma ya casi inconsciente, pero también ha jugado en nuestra contra. La fatiga del personal médico con meses de trabajo sin tregua y la fatiga de muchos ciudadanos que anhelaban reconectar con sus seres queridos ha propiciado el relajamiento de las precauciones que al principio se tomaban con mucha energía y convicción.

El anuncio de la llegada de la nueva vacuna. Por alguna razón muchos asimilaron este anuncio a la idea de que todos ya estaban vacunados. El haber proyectado un mundo inmune al Covid-19 en el mediano plazo, pudo haber llevado a un exceso de optimismo en el corto plazo y con ello al relajamiento de las precauciones individuales.

¿Qué podemos hacer?

 Lo primero es no tapar el sol con las manos y reconocer la gravedad de la situación actual. Unido a esto, debemos aceptar y acatar las medidas de restricción a la movilidad, al tiempo que se refuerzan los protocolos de bioseguridad. En las ciudades donde los brotes sean bajos, se debe retomar la actividad económica con todo el sentido de lo que significa aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable, evitando aglomeraciones. No obstante, lo más importante probablemente sea acelerar el acceso de los ciudadanos a las distintas vacunas disponibles contra el Covid-19.

¿Cuál es el costo económico?

 El costo económico del recrudecimiento de las cuarentenas en diciembre y en enero será elevado. Los niveles de producción y consumo muy probablemente caerán de forma considerable, al tiempo que la dinámica de creación de empleo se ralentiza. La fatiga y la factura psicológica seguirá siendo elevada, pero no debemos perder la esperanza. Pronto convergerán dos dinámicas positivas. Un pool de susceptibles reducido y el inicio de los programas de vacunación. A ellas se unirá la experiencia de todos y la mayor conciencia de la importancia de actuar unidos. A veces es necesario dar un paso atrás para coger impulso.

 

Foto de Anna Shvets

 

[1] Laura Vita Mesa. Se extiende decreto de aislamiento selectivo. La República. Enero 13 de 2021. https://www.larepublica.co/economia/se-extiende-decreto-de-aislamiento-selectivo-con-distanciamiento-individual-responsable-3110784

[2] El País de Cali. Habrá toque de queda y ley seca en Cali.  Enero 13 de 2021. https://www.elpais.com.co/ultimo-minuto/habra-toque-de-queda-y-ley-seca-en-cali-desde-este-viernes-hasta-la-madrugada-del-lunes.html

[3] Antonio de Roux Rengifo. Consorcio Ciudadano. Leyes ineficaces y pandemia. Enero de 2021. http://consorciociudadano.org/leyes-ineficaces-y-pandemia/

* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

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