Con motivo de un aniversario más de este trágico día para Cali, publico de nuevo esta columna de opinión con algunos ajustes y más material gráfico para que los lectores puedan ver un poco la dimensión de la tragedia, donde fallecieron 1.300 caleños, o más, y junto a ellos nuestra memoria colectiva, una solitaria cruz blanca como supuesto homenaje y una Feria de Cali que duraría un mes opacando lo sucedido. ¿El protagonista de esta historia? El ex-presidente General Gustavo Rojas Pinilla.
Las cifras de los cuerpos encontrados varían según la fuente; de acuerdo cifras expuestas por el Antropólogo, Magister en Geografía y docente de la Universidad Antonio José Camacho, Javier Peña, esta explosión la ubica como la segunda más terrible en saldo de muertos después de la avalancha en Armero, el 13 de Noviembre de 1985. Más de 8 cuadras de destrucción y ruinas, siendo el epicentro la Avenida Miguel López Muñoz, ubicada en la Calle 25 entre la Carrera 1ª y 4ª. La cantidad de los camiones también varían según las fuentes; se dice que fueron 10 camiones con destino a Bogotá y que entre 5-7 se quedaron en Cali con destino al Batallón Codazzi, provenientes de Buenaventura. Extrañamente en el área de la explosión, que dejó un cráter de gran tamaño, 60 metros de ancho por 25 metros de profundidad, fue rápidamente militarizado y los planes para la reconstrucción fueron prohibidos porque ya existían planes para darle otro uso a la zona. Un año después se estrena la Feria de Cali, siendo diseñada con base al modelo de feria-cabalgata de Manizales, con una duración de aproximadamente un mes, ahogando en licor, cabalgatas y fiestas la construcción histórica de la tragedia.
Fuente de las imágenes: material reposado en la Biblioteca Departamental “Jorge Garcés Borrero” con marca de agua de la Secretaría de Cultura y Turismo de la Gobernación del Valle del Cauca
En los años de presidencia del General Gustavo Rojas Pinilla, comprendido entre 1953 y 1957, las fuerzas militares y grupos de ciudadanos simpatizantes al régimen controlaban los medios de comunicación que se arriesgaban a criticar al gobierno de turno, y la censura fue su arma, tal que aparecieron periódicos como: “El Independiente” que era El Espectador, y “El Intermedio” que era El Tiempo, pero para que la ideología de este gobernante se mantuviera, se valió de maquiavélicas estrategias como las constantes propagandas de su gobierno, propagandas que fueron diseñadas con base a las de la Alemania Nazi, cuenta Cesar Ayala Diago – msc. en Lingüística, PhD. en Historia Moderna y Contemporánea, y Docente en la Universidad Nacional – . Una de las razones de por qué explotaron estos camiones es porque Cali tenía una fuerte oposición al régimen de Rojas Pinilla.
Entonces, ¿qué nos dejó la explosión del 7 de Agosto de 1956? Nos dejó 3.725 cuerpos según versión del padre Alfonso Hurtado Galviz quien, tal vez por agilidad mental y visual, logró contabilizarlos a la vez que transmitía continuamente por radio lo sucedido; nos dejó, seguramente más cuerpos que no fueron contabilizados porque solo se encontraban partes de ellos; nos dejó múltiples versiones de los motivos de la explosión y la relación con el General; las múltiples versiones del mecanismo que activó las bombas; y una cruz blanca que no simboliza el impacto de las bombas, como lo es el monumento en Japón cuando cayeron 2 bombas atómicas, la cruz blanca que tímidamente se expone, tampoco es un homenaje digno y es una espaldarazo a la memoria de las víctimas y familiares.
Fuente de las imágenes: Facebook Secretaría de Cultura de Cali
Cali aún está en deuda y mora con la construcción y documentación de esta historia, y por supuesto con las víctimas y sus familiares. Aún falta un monumento digno para recordar lo que sucedió y que nunca se vuelva a repetir.
Nota del autor: Para ahondar un poco más sobre lo sucedido y que le genere más inquietudes, recomiendo leer el artículo de César Ayala Diago, titulado “La explosión de Cali: Agosto 7 de 1956”, y los invito a escuchar el tango “Lamento Caleño” en la voz de Lucho Bowen, escrita e interpretada justo una semana después de la catástrofe por Nano Molina.
* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.