Los cinco años de ProPacífico

La entidad que hoy se denomina ProPacífico fue constituida en la década de 1970, e inicialmente se llamó “Fundación para el Desarrollo Industrial” y tenía por entonces objetivos muy similares a los que actualmente tiene hoy ProPacífico.  Muy pocos años después su nombre cambió a Fundación para el Desarrollo Integral y, por razones que no tengo claras, se afincó en la Cámara de Comercio de Cali, perdiendo poco a poco su brillo e importancia, pero por fortuna nunca se liquidó. ¡Qué bueno sería que los dirigentes de entonces que sobreviven nos contaran qué pasó! Lo digo sin ánimo de señalar ni de generar polémica, sino porque siento que de rememorar lo ocurrido podrían salir valiosas lecciones para aprender.

Hace cinco años la FDI sale de su larga hibernación cuando varios de nuestros dirigentes empresariales acertadamente deciden impulsar una entidad similar a Proantioquia, actualizan sus Estatutos y con acierto la redenominan Fundación para el Desarrollo Integral del Pacífico, reconociendo que Cali y el Valle son los llamados a jalonar el desarrollo del Pacífico.

Pero ¿Qué es lo realmente importante en la hoy denominada ProPacífico? Comprender y tener presente que es la entidad de carácter fundacional, privada, que conforma un tanque de pensamiento que a la vez da forma a proyectos de desarrollo local y regional, para que sean ejecutados por el sector público, con el concurso de los sectores privado y académico, articulándolos a todos.

En Colombia, por disposición legal, planeamos lo público a cuatro años, dedicando el primer año de a diseñar los planes de desarrollo que a duras penas son de mediano plazo;  el largo plazo realmente no existe. Esto ocasiona lentitud en la generación y ejecución de indispensables proyectos de largo alcance, frenando el desarrollo.

Entidades como ProPacífico son las llamadas a tratar de subsanar esta visión miope y de corto plazo. En su corta nueva vida ProPacífico se ha convertido en la entidad que asegura que los proyectos de que no pueden culminarse en cuatro años continúen, sin que importe que los gobiernos cambien. Aseguran su continuidad y evitan que con el cambio de funcionarios se pierda la memoria sobre los mismos. Y lo ha hecho bien, veamos unos pocos ejemplos: de las administraciones municipales pasadas ha recogido la terminación del Jarillón vital para Cali, en lo regional paso a paso asegura la puesta en marcha del tren de cercanías, está acompañando que la bahía del puerto de Buenaventura se drague para recuperar la competitividad perdida, y qué decir de los esfuerzos que realiza para asegurar la terminación de obras públicas inconclusas…

Además, ha tenido la visión para dedicar tiempo y energías para organizar, en unión de otras entidades, importantes eventos que invitan a la reflexión ciudadana como los cuatro “Cali Epicentro Desarrollo y Paz”.

Y para terminar esta corta nota, es refrescante constatar que a la cabeza de ProPacífico está una camada de jóvenes, que se desempeña de manera seria y efectiva. María Isabel Ulloa y sus colaboradores merecen nuestro reconocimiento y admiración.

* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

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