Hilos para tejer

Se suele aludir al tejido como metáfora de la creación y el conocimiento. Los hilos se trenzan para crear, reparar y unir. También se dice que “tejer e hilar son metáforas del devenir del tiempo, del desarrollo de acontecimientos”, y desde la mitología griega hilanderas urdían los destinos humanos. Más allá de las reflexiones acerca de tales referentes,  desde lo colectivo se aprecia la acción de tejer como una participación de  todos en la conformación de una red para beneficio común.

Mediante la cooperación se hace efectiva la verdadera comprensión de las necesidades de los “otros” que se espera de una sociedad justa. La ética de la ciudadanía entre otras implicaciones, al decir de Mario Gennari en Semántica de la Ciudad y Educación, “se concreta en la exigencia de formar al ciudadano para la libertad, la autonomía de criterio y la solidaridad, de modo que las conciencias de los individuos compartan un sistema de valores que pueda regular el acercamiento al otro quien quiera que sea” (p81).  Este espíritu de empatía no es ajeno a los humanos ni a otras especies animales.

Ejemplos hay cada día de casos de solidaridad divulgados en redes sociales. Recientemente se conoció el del antropólogo que probó con unos niños de una tribu africana, la reacción de ellos cuando les puso una canasta de frutas junto al tronco de un árbol, retándolos a que el primer niño que llegara a ella ganaría toda la fruta.  Pensando que correrían dio la señal de inicio de la carrera, pero su sorpresa vino cuando todos empezaron a caminar tomados de la mano, hasta alcanzar la canasta para compartirla entre ellos.  Al preguntarles porqué habían hecho aquello respondieron: “Ubuntu”, que significa “yo soy, porque todos somos”.  Como se comenta en la publicación, es una tribu que conoce el secreto de la cooperación, la solidaridad y la empatía que se ha perdido en sociedades “civilizadas”.   También muy conocido es el comportamiento en las manadas de Elefantes en que las tías colaboran en el cuidado de la crías, o el de otros animales de una especie diferente a la de otra criatura en peligro, que acuden en su ayuda.

En nuestro ámbito y por lo reciente en la ciudad, cabe destacar la iniciativa “Tejiendo el Oeste”, surgida desde un sector de Cali.  La acción de tejer con que ha sido bautizada evoca una decisión de entrelazar conocimientos y colaboración en función del bien común.  Esta iniciativa de habitantes del Oeste parte de la convicción de que mediante el diálogo y un trabajo conjunto es posible apoyar a emprendedores y artistas de las laderas de oeste. Propiciar que se conozcan sus saberes o creaciones en un entorno de confianza, permite acercarlas a potenciales oportunidades o apoyos. Estos encuentros en función del bien de la comunidad en un ambiente cultural, beneficia la convivencia y el crecimiento personal y colectivo.  En el bazar de días pasados se expusieron trabajos de artesanías, gastronómicos, decoración y vestuario, lo cual enseña que sí es posible alcanzar el objetivo de una mejor sociedad comenzando en el propio territorio.

Cuando sobre el espacio que se habita se dan acuerdos para otorgarle valor y significado a la convivencia de una heterogénea comunidad que lo comparte, se teje un espíritu de unión y empatía. Con la iniciativa del Oeste se ha abierto un camino hacia la construcción de una sociedad consciente, en una zona que se engalana con el paso y la frescura del río Cali, el museo de la Tertulia y la portada de la salida al mar. De cara a estos lugares emblemáticos, no pueden menos los caleños y en especial, los habitantes del oeste que abrigar un sentido de pertenencia y afecto por ellos.

La voluntad de formar parte de la comunidad y reconocer a los “otros” debe empezar por el entorno de nuestra casa, es decir por el micro territorio que nos complementa en el diario vivir. Desde allí pueden contemplarse planes que considerando la diversidad de sus gentes, contribuyan al bienestar  general en la medida en que se inspiren en la deseada cooperación y solidaridad.

 

 

Referencia

Gennari Mario. Semántica de la Ciudad y Educación. Pedagogía de la ciudad. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona, 1998.

Foto de syamhari syamhari

 

 

 

 

 

* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

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