Un desafío para Cali: La Movilidad

El Metro de Medellín es quizás el caso más exitoso de movilidad en Colombia, que ha logrado un interesante proceso de integración con otros medios como el Metroplus, buses y teleféricos a las laderas y más recientemente con el tranvía. Sólo las líneas A y B, que atraviesan al Valle de Aburrá de norte a sur y de oeste a este, mueven al día 820 mil pasajeros, alrededor de 300 mil pasajeros más que las 95 rutas del MIO en Cali. Y, me atrevo a decirlo, ha sido la articulación del transporte público y su modernización la que ha permitido que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá sea un caso relativamente exitoso de integración regional.
Cali y su área de influencia aglomeran a cerca del 75% de la población del Valle del Cauca, alrededor de 3 millones de personas que conforman una dinámica regional propia que tiene como eje estructurante a la capital vallecaucana. Sin embargo, a pesar que conforman una subregión con características de área metropolitana, persisten desafíos de integración y estos son más notorios en términos de movilidad. Cuando se analizan los resultados de los más recientes indicadores de transporte y movilidad en la ciudad, se encuentra que los tiempos de desplazamiento en el servicio público han aumentado, que el parque automotor privado ha crecido y existe una percepción de un servicio insuficiente. El MIO, como la gran apuesta en movilidad para Cali, no ha salido como se esperaba y se ha convertido en el gran dolor de cabeza de las administraciones municipales.
Por supuesto, una de las primeras y más importantes labores es recuperar la sostenibilidad técnica y financiera del sistema de transporte masivo. Será necesario avanzar en la reestructuración de los contratos y en el modelo financiero, el cual muestra que falló en la medida en que la proyección de usuarios no se ha cumplido y difícilmente se cumplirá. Sin embargo, Cali no puede cometer el mismo error de Bogotá: quedarse con un único sistema de transporte. No en vano la gran mayoría de ciudades del mundo cuentan con sistemas integrados donde hay trenes, tranvías, buses y otros medios que conforman una gran red de transporte con alcance regional.
La integración de Cali con los municipios del sur del Valle será posible con una red de transporte regional. Ahí el MIO es apenas un actor, pero será más poderoso si se integra con un ferrocarril metropolitano que conecte a los distintos centros poblados con Cali (Jamundí, Yumbo, Palmira, Candelaria) y que a futuro conecte con el centro y norte del Valle. Y se trata de un tema de eficiencia: con dos líneas, el Metro de Medellín moviliza 300 mil pasajeros más que el MIO, que cuenta con 95 rutas y una cobertura espacial mucho más amplia por acción de los buses padrones y complementarios, pero que serán más eficientes si conectan zonas de la ciudad y de la futura área metropolitana con las estaciones del tren regional, en lugar de recorrer largas distancias.
Una ciudad que proyecta que en tres años vea incrementado en un 89% el parque automotor y apenas poco menos del 7% sus vías, exige decisiones costosas pero que cambien la dinámica de la movilidad de tres millones de ciudadanos en el largo plazo. Trenes, tranvías y buses rápidos forman un coctel que, aunque supera ampliamente nuestra capacidad fiscal, también es cierto que arrojará unos beneficios económicos y sociales que compensarán los costos y harán despegar el sueño de una Ciudad- Región competitiva, con calidad de vida y oportunidades para todos. Que ese desafío no nos quede grande, caleños y vallecaucanos.

 

  * Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

** Imagen de Periódico El Tiempo

* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

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