La utopía de los años 60

Como si los astros se hubieran alineado, en un mismo año se conjugaron acontecimientos y movimientos impensados y revolucionarios que pusieron de cabeza el orden establecido. El tsunami de tales hechos alrededor del año 1969, con sus luces y sombras, determinó en parte el rumbo hacia lo que hoy, cincuenta años después, es el mundo que gozamos y padecemos. Fueron sucesos que ampliaron la visión del horizonte y contemplaron otras alternativas para la vida.

Muchas opiniones buenas y malas hay sobre la década de los 60. Como sea, en esos años surgió la utopía de un nuevo mundo posible. Para el común de los mortales llegar a la luna era una fantasía. Cuando sucedió, no se sabía que era más sorprendente, si el primer paso del hombre en ese planeta, o la transmisión en directo de aquel momento histórico hasta las pantallas de televisión en los hogares, un 20 de julio de 1969. Se inauguró así, una nueva generación de las comunicaciones y la ciencia.

Al mismo tiempo, especialmente en Estados Unidos se vivía el activismo de la lucha contra la supremacía blanca y la tensión tras los asesinatos de Martín Luther King y Robert Kennedy en 1968, que defendían las causas de los negros, los pobres y  la oposición a la guerra del Vietnam. En ese entorno, el gran vuelco a la sociedad lo dieron los jóvenes de la época que se alzaron sobre su zona de confort, para rechazar el estilo de vida convencional de sus padres, la guerra y el puritanismo. Diversas experiencias eran posibles, como irse de casa (She’s leave home) hacia un camino de libertad, o imaginar a toda la gente viviendo en paz (Imagine).  

 Los movimientos estudiantiles fueron protagonistas en la lucha y el logro de cambios y reivindicaciones políticas y sociales: el movimiento antiguerra en Estados Unidos que alcanzó su mayor dimensión en 1969, el del mayo francés en 1968, el de México y Alemania en el mismo año, entre otros. Todos ellos, impulsaron reformas sociales con altas cuotas de sacrificio en vidas a causa de la represión, sin olvidar la inmolación de estudiantes durante la llamada Primavera de Praga en 1969. Fue  también el tiempo de los Beatles hasta la producción de su último álbum en 1969 con la icónica fotografía en que se les ve cruzando la cebra de la calle Abey Road.

Otros jóvenes consideraron que en lugar de la protesta en las calles, el cambio debía darse desde el interior mental de cada individuo y la expansión de la conciencia. Solo así, habría una existencia por caminos de paz, hermandad y armonía con la naturaleza, en contraposición a la segregación racial, el consumo y la farsa en la sociedad occidental. Venían influenciados por la llamada generación beat, movimiento literario, caracterizado por fuertes críticas a la sociedad y por la experimentación a través de la psicodelia y la espiritualidad oriental. En 1969 sucedió el multitudinario festival rock de Woodstock, representación inolvidable de la contracultura  y el movimiento hippie.

Puede que los hippies hayan sido ingenuos al querer cambiar el mundo y  “volver a un pedacito del paraíso perdido”, puede que muchos se perdieran en el camino de las drogas, pero nos dejaron el mensaje de paz y amor, el llamado a una mirada a la naturaleza y a un transcurrir alejado del consumismo. Pasa que las utopías en las ideologías se tornan irrealizables por sus aspiraciones de alcanzar una sociedad plenamente feliz y equitativa, lo cual desconoce la complejidad del actuar humano y el azar. Pero sin duda, los acontecimientos de los años 60 produjeron un cambio en el estado de cosas, pues se generó una nueva conciencia  política en materia de derechos, educación y libertades.

Con todo, la realidad está siempre por debajo de las aspiraciones, pues los asuntos y la historia toman cauces inesperados. Sobrevienen otras guerras, fuerzas e intereses. También sobrevinieron fenómenos como la explosión demográfica, el consumismo desmedido y el calentamiento global que han puesto al mundo a pensar en alternativas de comportamiento en el manejo de los recursos, para la salvación de las especies y del planeta.

No estuvieron en el centro de los acontecimientos otros jóvenes de entonces (1969) que están ahora en su madurez, pero debieron cruzarse en las calles con esos soñadores de mochila, cinta en la frente  y guitarra. Terminaron formalmente su colegio, se despidieron de sus compañeros. No imaginaban los profundos cambios de la sociedad ni los caminos que transitarían, muchos menos que por encima de las ideologías y sus situaciones personales, se habrán de reencontrar 50 años después con sus valijas cargadas de recuerdos y afecto. Quizás comprendan que la amistad no es una utopía, y que aún cuando muchos sueños de su época no se hayan realizado, el lazo de la amistad trasciende el tiempo y las circunstancias.

Referencias.

https://www.youtube.com/watch?v=Dypv4SLyAfg

https://www.youtube.com/watch?v=VOgFZfRVaww

Imagen: https://bit.ly/2xspTj9

* Las opiniones expresadas en este espacio de deliberación, pertenecen a los columnistas y no reflejan la opinión ni el pensamiento de la organización Consorcio Ciudadano.

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